¿Qué quiero decir con esto? Básicamente
que hemos perdido el norte por completo, todas esas teorías tienen como fin
último romper la sanidad pública que hemos defendido tantos años. Incluso hay gente
que defiende la sanidad pública y llega a tener en cuenta esas teorías, porque
no se han percatado aún del trasfondo. Por supuesto, los que no destacan, son
esos que trabajan en la sanidad pública y promocionan todas esas conspiraciones.
Para entenderlo, hay que evaluar de dónde vienen las teorías, quiénes son los que
las divulgan y qué pro- mocionan a cambio, como por ejemplo, una consulta privada.
Recuerdo que en mayo le dije a mi
padre: "Verás qué pronto se acaba el agradecimiento y la lucha, primero
saldrán noticias sobre lo bien que están los hospitales, después dirán que el
personal tiene poco trabajo y, finalmente, soltarán la noticia sobre el gasto
sanitario. Así pasaremos de haber resuelto una crisis sanitaria a ser unos
vivido- res a los que privatizar". Por supuesto, así fue y así continúa. En
mi libro dije que no somos héroes, pero nunca pensé que hiciera falta poner que
no somos vividores. Por desgracia, las actitudes que vuelven a florecer contra
nosotros son la muestra de que el mensaje ha calado. Nos tratan como si
fuésemos a nuestro puesto de trabajo a una especie de fiesta de empresa y, lo
que es peor, real- mente creen que es así.
Cuando se anunció la bajada de
categoría del hospital de Segovia, ardían los comentarios en Facebook, creo que
no nos sorprendió a los sanitarios que trabajamos en él, es evidente que ese hospital,
con los recursos que dispone, ni siquiera puede ser de segunda división. Pero
las ideas de la población nunca fueron montar una macro-manifestación por este
tema en Segovia, solamente quejarse en redes. De hecho, ya ni siquiera hay
comentarios al respecto. Los mensajes siempre van calando y la población asume que
la falta de recursos es una cuestión natural que debemos asumir, pero si les
afecta, manifiestan su ira con los sanitarios, no con la administración
correspondiente.
Y así ha calado el mensaje de la privatización
poco a poco, yo he visto tres partes que atacan cada una por su lado hacia ese
fin. En primer lugar, tenemos una falta de recursos derivándose pacientes y pruebas
a consultas privadas, aprovechando que la población no protesta. Como segunda
parte, aparece una supuesta ineficiencia del servicio, personal que no trabaja
con un coste operativo muy alto, la excusa preferida en la Comunidad de Madrid.
Y para finalizar, solamente hay que lanzar mensajes que no necesitan ni un
mínimo de coherencia, en este caso, que el personal sanitario es un aliado del nuevo
gobierno mundial.
Con esta mezcla tan jugosa pasan a difundirse continuamente noticias falsas, fotos y grabaciones sin fecha ni lugar, montajes, etc. Poco a poco es más fácil encontrar un bulo que la respuesta que lo desmiente. Al final siempre hay alguna cara pública que flaquea y promociona todo este complejo sistema de marketing, quedando la privatización como alternativa viable. Porque aunque tu salario siempre haya dependido de chanchullos políticos, si tu mensaje es que se tienen que acabar los "chiringuitos", consigues el apoyo que necesitas. Y si para ello tienes que insinuar que la sanidad es uno de esos entramados, te la llevas por delante entre aplausos. Hay que comprender que un buen negocio, es un buen negocio; ya sea gestionar la sanidad privada o tener un cargo político.
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