Ir al contenido principal

Salud en ley

Hace unos días se llenaron las redes sociales del hastag #GraciasLuna. Un agradecimiento tan necesario como innecesarias las críticas y acoso que recibió Luna. El hastag no era más que un vínculo para derrotar esa mala prensa que inició una batalla personal e injusta contra la voluntaria de Cruz Roja Española. No debería ser imprescindible agradecerle un gesto dentro del marco legal y lleno de ética y moralidad. Un gesto altruista, que debería ser más habitual entre la ciudadanía que abarca este país. Pero volvamos atrás.Cruz Roja Española es una entidad enmarcada dentro del Movimiento Internación de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Para ello existe un comité que trata de ser el nexo entre todas las entidades de cada país asegurando una lucha común. Probablemente, España es el único país donde se intenta desprestigiar, si no destruir, una entidad con tantos años en la espalda de trabajo duro. Probablemente no somos ni seremos capaces de valorar todo lo que ha hecho. Porque somos un país politizado hasta la médula y una entidad imparcial e independiente del mando no favorece el resultado particular en un entorno de elecciones.

Desde la llegada de personas por mar a las Islas Canarias, Cruz Roja ha estado en el objetivo del conflicto político de unos pocos. Bonita forma de hacer campaña es esta de ensañarse con el débil, con quien no te va a responder. Pero las hostilidades en redes sociales se multiplicaron con la situación vivida en Ceuta. Un problema internacional con Marruecos donde España se ve sola en la batalla, donde miles de personas abandonadas deciden cruzar una frontera de forma desesperada.

Ante la llegada de personas, comenzaron las batallitas de perfiles anónimos contra la situación. Puedo llegar a entender la disconformidad, vale. Pero después se lanzaron al cuello de todo aquel que hablase en aras de ayudar a las víctimas. Y esto no lo apruebo porque, si te respetamos a ti, respetamos al otro también. Aquí me gustaría hacer un paréntesis y remarcar que quienes cruzaron la valla no estorbaban por acceder a España, sino por su situación económica. Cuando se trata de un ídolo deportivo, alguien adinerado o con poder, entonces son bienvenidos.

El momento en que aparecieron imágenes del ejército y la Guardia Civil ayudando a evitar catástrofes mayores, las críticas cesaron momentáneamente. Los ídolos de la defensa les habían “traicionado” no dejando morir a nadie. Así que se volcaron contra la voluntaria. De siempre, el acosador se centra en el débil, porque es a quien puede dañar. Y así fue. Esa persona que defendía en sus actos las leyes que nos rodean y los principios que rigen su acción bajo el chaleco rojo (humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad). A Luna solo le queda el amparo de la ley que nadie cita, quien defiende su acto de forma legal y condena la actitud opuesta.

El artículo 43 de la Constitución Española dice en los puntos 1 y 2: “Se reconoce el derecho a la protección de la salud. Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. La ley establecerá los derechos y deberes de todos al respecto.” Paradójicamente, Luna está protegida de los que la critican, por la misma constitución a la que invocan estos en circunstancias menos claras.

La Ley General de Sanidad iniciada en 1986 y las posteriores modificaciones, establecen la protección de la salud y cómo se valorarán las faltas cometidas. Aunque esta ley está orienta más a la organización que a la operatividad. Sin embargo, si nos acercamos a la parte jurídica encontramos la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. El artículo 195 dice en los puntos 1y 2: “El que no socorriere a una persona que se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave, cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni de terceros, será castigado con la pena de multa de tres a doce meses. En las mismas penas incurrirá el que, impedido de prestar socorro, no demande con urgencia auxilio ajeno.”

En esa misma ley podemos enmarcar la actividad de Luna dentro de Cruz Roja Española en el artículo 196: “El profesional que, estando obligado a ello, denegare asistencia sanitaria o abandonare los servicios sanitarios, cuando de la denegación o abandono se derive riesgo grave para la salud de las personas, será castigado con las penas ...” Y para entenderlo, debemos ir a los estatutos de Cruz Roja y conocer el significado de sus principios fundamentales, de los que se generaron los equipos de emergencias que intervienen en estas situaciones.

Para finalizar, me gustaría citar la cabecera del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja: “es la red humanitaria más grande del mundo, cuya misión es prevenir y aliviar, en todas las circunstancias, el sufrimiento humano; proteger la vida y la salud, y hacer respetar a la persona humana, en particular en tiempo de conflicto armado y en otras situaciones de urgencia.”

Por esto, #GraciasLuna por cumplir con la ley, con los principios de Cruz Roja y, también, por tu actitud humana y generosa.

Comentarios

Lo más visto aquí!!!

La carrera de las vacunas

Los últimos días han estado alborotados, especialmente para el SARS-CoV-2, porque se intuye, no se asegura, que pronto se igualará la guerra. Es habitual encontrar informaciones a favor y en contra de cualquier tema, pero no lo es tanto que los detractores vayan en aumento, cediendo ante las conspiraciones.

Enfermería del acueducto

  En el año 2010 empezaba mi andadura universitaria en una escuela de enfermería fuera de mi tierra natal, Segovia. Ya en aquel entonces se ofrecían los estudios de Florence Nightingale (considerada en las universidades como una madre de la enfermería) en mi provincia a través de la Universidad de Valladolid. Sin embargo y en contra de la información, hubo quien destapó la mentira contada mil veces, evitando que se convirtiera en verdad.

Dr Online

Cada vez es más frecuente utilizar internet para buscar cualquier información del día a día. Tanto es así, que cada vez se almacena más información en la enciclopedia más grande del mundo con el mejor coste-oportunidad. Pero no todo puede ser poético ni deslumbrante, aunque pueda parecer completamente sorprendente, internet tampoco. Así que, tanta documentación a un coste casi gratuito, debe tener algún fallo por medio. Evidentemente y como ya he dicho en otras ocasiones, nada es gratis, aunque muchas veces lo parezca.