Hace unos días se llenaron las redes sociales del hastag #GraciasLuna. Un agradecimiento tan necesario como innecesarias las críticas y acoso que recibió Luna. El hastag no era más que un vínculo para derrotar esa mala prensa que inició una batalla personal e injusta contra la voluntaria de Cruz Roja Española. No debería ser imprescindible agradecerle un gesto dentro del marco legal y lleno de ética y moralidad. Un gesto altruista, que debería ser más habitual entre la ciudadanía que abarca este país. Pero volvamos atrás.